Se podría decir que la guerra fría fue un enfrentamiento ideológico entre dos naciones que defendían sistemas de valores diametralmente opuestos: capitalismo y comunismo. De hecho hay quien defiende, según esto, que el verdadero origen de la guerra fría se remonta al triunfo de la Revolución Bolchevique, cuyas ideas Estados Unidos no estaba dispuesto a permitir que se propagasen. Ese enfrentamiento hizo que el campo de batalla estuviera en la arena política y social, siendo las armas la propaganda y el terror. En efecto, la lucha ideológica debía continuar hasta el momento en que una de las dos doctrinas conquistase el mundo, por eso tanto EEUU como la URSS buscaban aliados a los que inculcar su filosofía, fortaleciendo así su bloque.
Pero no hay que olvidar que la verdadera fuerza de cada contrincante estaba en su poder atómico. Como se explica en el libro, algunos historiadores apuntan el hecho de que el uso de la bomba atómica contra Japón, cuando sus ejércitos ya estaban cercados en todos los frentes y su rendición era cuestión de tiempo, no fue tanto una estrategia para obligar a la rendición nipona como una advertencia de EEUU a la URSS que dejaba claro el poderío estadounidense de cara a disuadir cualquier intento de los rusos de intentar algún movimiento en contra de EEUU. Los rusos sin embargo se hicieron pronto con su propio ejemplar del terrible arma y demostraron tener no sólo la capacidad, sino también la intención, de atacar Estados Unidos en caso necesario. Por tanto ambas potencias, sin dudar del poder del enemigo, buscaron mantener un equilibrio que, aunque frágil, asegurase la no destrucción mutua.
Esto tuvo naturalmente sus consecuencias, que se dejaron notar fundamentalmente en las políticas interiores de ambos países, las cuales por lo general se resintieron como fruto de la obsesión por vigilar al enemigo e invertir en armamento. Además, las políticas de contención, es decir, aquellas destinadas a impedir el avance de la ideología enemiga en el propio territorio, sirvieron de excusa para las purgas internas que desde las cúpulas de ambos sistemas se promovieron. Y tampoco hay que olvidar el uso del terror (al “Otro”) como una eficaz herramienta para atenazar a la población y justificar los desmanes que se cometieron.
La constante amenaza atómica
Durante los años más duros de la Guerra Fría (1946-1970), el mundo entero sintió el temor a la amenaza nuclear y a la auto aniquilación humana. Si bien es cierto, la carrera nuclear partió con el descubrimiento y lanzamiento de la primera bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagazaki en 1945 y que puso fin a la Segunda Guerra mundial, posterior a eso la "receta" para fabricar la bomba ya no era un secreto de Estados Unidos. Años más tarde la URSS comenzará un largo proceso de pruebas y construcción de bombas y misiles con cabeza nuclear que servirían para que ambas potencias mantuvieran intimidados a su adversario y con el objeto de competir en una loca carrera que llevará a la quiebra económica de la URSS a fines de los años '80.
OTAN
El significado de OTAN es Organización del Tratado del Atlántico Norte, la cual es conocida en inglés como NATO. El fin de esta organización es el de garantizar la seguridad de los países miembros, y el tratado al cual se hace alusión fue firmado en Washington, el 4 de abril de 1949. Las dependencias principales de la organización se encuentran ubicadas en Bruselas, Bélgica.
Originalmente, la OTAN fue creada para defender a los países miembros de la Unión Soviética, aunque en forma implícita, solo mencionando que un ataque a un país miembro sería interpretado como un ataque al conglomerado. Tras la disolución de la Unión Soviética, se ampliaron los objetivos de esta organización, para dedicarse a salvaguardar la seguridad del hemisferio norte como un todo.
Los inicios de la OTAN se remontan al tratado de Bruselas, en 1948, que consistió en una alianza militar entre Bélgica, los países bajos, Luxemburgo, Francia y el Reino Unido. Para contrarrestar el poder de la entonces Unión Soviética, se buscó la participación Americana. Entonces en Abril de 1949, se sumaron a los países pertenecientes al tratado de Bruselas los Estados Unidos, Canadá, Portugal, Italia, Noruega, Dinamarca e Islandia.
Pacto de Varsovia Este tratado de "amistad, cooperación y asistencia mutua" fue establecido el 14 de mayo de 1955 en réplica al rearme alemán y a la integración de la RFA en la OTAN. A imitación de la Alianza Atlántica reunió bajo el comando militar soviético a todas las fuerzas armadas de los países de las "democracias populares", con la excepción de Yugoslavia (Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia y Rumania). Posteriormente Albania abandonó de hecho el Pacto en 1962, tras la ruptura chino-soviética, y formalmente en 1968.
Este pacto venía institucionalizar en un marco común los distintos pactos bilaterales que la URSS había firmado entre 1945 y 1948 con todos los países de su zona de influencia. Firmado en el período de la desestalinización, el Pacto vino a dar una apariencia de "igualdad" a lo que durante la época de Stalin había sido la pura y simple ocupación militar.
De hecho, más que un verdadero pacto militar, el Pacto de Varsovia estaba dirigido a preservar la hegemonía militar y política de la URSS sobre los países del centro y este de Europa. Cuando Hungría en 1956 trató de abandonar el Pacto y declararse neutral, el Ejército Rojo sin mediar ninguna consulta previa con sus aliados, ni respetar los artículos del Pacto que hablan de no injerencia en los asuntos internes de cada país miembro. El 20 de agosto de 1968, un ejército de 500.000 hombres de todos los países del pacto excepto Rumania invadió Checoslovaquia siguiendo una simple orden de Moscú y sin consulta previa al comité político de la organización. La doctrina Breznev que proclamaba el derecho de intervención cuando el socialismo estuviera en peligro en alguno de estos países venía a confirmar la hegemonía soviética. El golpe de Jaruselzski en Polonia en 1981 se produjo para adelantarse a una intervención del Pacto de Varsovia similar a la que había sufrido Checoslovaquia en 1968.
Este carácter policial e impuesto del Pacto de Varsovia se verá claramente cuando la perestroika de Gorbachov niegue la doctrina Breznev. Tras la caída del Muro de Berlín y de los sistemas comunistas en Europa oriental, el Pacto no tenía razón de ser. En septiembre de 1990, la Alemania comunista lo abandonó poco antes de la reunificación. En marzo de 1991, antes de la disolución de la URSS, se disolvió la estructura militar y en julio la estructura política. Fue el inicio de la repatriación de los más de medio millón de soldados soviéticos desplegados en estos países: Hungría y Checoslovaquia en 1991, Polonia en 1993 y Alemania finalmente en 1994 según lo acordado en el acuerdo "2+4" de reunificación.
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